Poema triste para reflexionar
Las dos venganzas
de Marcelo Galliano
Irme muy lejos donde el sol se esconde
-allí es que el horizonte se termina-
donde la rosa, el viento y la neblina
no conozcan ni el eco de mi nombre.
Como un cobarde que se va en silencio
-repletos sus bolsillos con excusas-
cual un triste poeta al que sus musas
le poblaron de arrugas cada verso.
Hoy te preguntarás si fue mentira,
si es que existí, si fui una broma amarga,
y llevarás la duda como carga,
como una reflexión de cada día.
Y hasta a las aves les dirás despacio:
¿sucedió?, ¿pasó aquí?, ¿dónde se ha ido?,
en cada palmo buscarás testigos
y yo me habré deshecho en el espacio.
Habrá una luna siempre en tu ventana
que tallada en el cielo, cada noche,
mordaz te inquirirá -como un reproche-:
“¿dónde se habrá fugado quien te amaba?”
No quedará bajo tus pies descalzos
arena tibia que te suene a arrullo,
ni en la misma ciudad habrá un murmullo
que te seduzca y no lo sientas falso.
Y así te peinarás ante el espejo
y pensarás, quizá, que fue un hechizo,
que fue un duende travieso el que lo hizo,
que no existí, que sólo fui un reflejo.
En cambio yo jamás podré olvidarte
pues me hablarán de ti cada mañana
las flores que, anunciado su llegada,
la primavera puso a conversarme
Guiñando con tus ojos las estrellas
vendrán a saludarme a mis balcones
y crisantemos desde macetones
ya me dirán: “ninguna fue tan bella”
La lluvia que invadiendo mis cristales
de gotas como arcángeles acuosos,
ya me recordarán que eran tus ojos
dos dulces avellanas otoñales.
¡Qué triste es el castigo inmerecido!
como yo te extrañé…. nadie te extraña,
mas hoy como te tengo en las entrañas
no te puedo extrañar: estás conmigo.
Venganza a dúo –una venganza mutua-,
sin odio, sin rencor, sin detestarse,
sin poderla frenar, sin alegrarse,
-cual una historia que se perpetúa-.
Como un sueño fatal jamás soñado
que se coló maldito entre la bruma,
ola fugaz e inútil -pura espuma-:
torpe final de un acto no empezado.
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