Ayer les contaba algunos de mis “secretos”. Me morí de la risa cuando Victory quiso saber sobre el muerto en mi placard/pared… Lamento informar que hay “muertos en el placard” que nadie podrá encontrar… ¡Ajajaja!
Seseé, como siempre sigo, hay una Ivy mala dentro de mi… (¿?¿?) Por suerte la tengo controlada, ¿aunque la verdad?, hay veces que quisiera soltarla y que haga de las suyas… Pero eso sería “políticamente incorrecto”, uno es casi un ser humano y tiene que ir por la vida con un halo de misterio, algo que siempre esté ahí, guardadito…
Uy! Me fui por las ramas! Ajajaja! 
Ok, vuelvo…
Ayer entre mis secretos - no tan secretos ahora -, había uno que realmente anda dando vueltas por mi cabecita loca…
6.- He pensado en dejar el blog. Como dije más arriba, ingánica, falta de tiempo, media aburrida (ya saben que la rutina no es mi mejor amiga), whatever!
#yoconfieso que la rutina es mi peor enemiga, porque hace que me aburra y que me ponga ingánica.
Pero mi concepto de “rutina” es selectivo, y si, ¡hay rutinas que me gustan! Mis ambivalencias, dijeran mis sicólogas del Fernández. Si, dijeran, pasado, porque ya me curé y no tengo más sicólogas… ¡Aajajaja!
Les cuento lo de mi “rutina selectiva”. Va para largo, así que el que avisa no traiciona…
La semana pasada empezó el colegio secundario mi Retoñor en el turno tarde. Durante toda la escuela primaria fuimos a la mañana, es decir, por 7 años nos levantamos temprano, (excepto el año que estuve internada en el Fernández), así que esa rutina me gustaba: levantarme temprano, hacerle el desayuno a mi Retoño, prepararlo para que se vaya a la escuela, salir y verlo caminar los 50 metros que separaban mi casa de la escuela (bah, la sigue separando! Jaja!).
El año pasado no fue así. Le tocó el turno tarde, así que nuestra rutina se transformó en un suplicio: dos comidas, dos horas para levantarse (mi sobri-retoñito vive con nosotros y el va a la mañana a la primaria), que la tarea, que en invierno oscurece más temprano y por más que le escuela secundaria esté a 200 mts (ah, si, yo tengo las escuelas cerquita de casa, ajaja!), hay que caminar esas cuadras con frío y medio oscurito… Amén que mi barrio es muy lindo, pero los chorros (ladrones/delincuentes) viven en la esquina de casa.
En fin! ¡Un año loco! Perooooo, este año las cosas cambiaron. Mi hijo quería ir a la mañana si o si, así que hice de todo para cambiarlo de turno, hasta me hice la “pobrecita discapacitada”. (¡Aajajaja! Ok, estoy en wheelchair/silla de ruedas, así que no me hago, ¡soy! ¡Jaja! Aunque la palabra “discapacitada” me revienta el hígado. Pero ese es otro tema…).
En resumidas cuentas, ¡lo cambiaron a la mañana! Así que hoy nos levantamos tempranito, le hice el desayuno, le dije que se abrigara bien (estaba fresco para chomba pero ahora hace “una calor” que raja la tierra – qué exagerada, ajaja! - ) y se fue cantando bajito al colegio. Y no, no me dejó que lo mirara caminar hasta que se perdiera de vista…. ¡Jajaja! “Ya no soy un bebe, maaa!!” me argumentó, y tiene razón….
Así que, como dice el título del post de hoy, decidí poner en práctica lo que dicen los yanquis:
Keep moving! Mantenete en movimiento, che! Ok, lo de che, fue mío! ¡Ajaja!
Mi rutina cambió para bien. Me gusta levantarme temprano (aunque en mi “otra vida”, antes del accidente, dormía como un lirón pata suelta con mi Retoñito al lado – el en su cama, porque le tipo nunca quiso dormir conmigo, sniff… – y si, más porque trabajaba a la tarde, jaja!), me gusta preparar el desayuno para mi Retoñor, me gusta verlo tan grande…. No, mentira, eso no me gusta… Quiero que siga siendo mi bebeeeee… (imaginarse a la Ivy “llorando” frente al teclado cuando escribe eso. ¡Ajajajaja!)
Así que la rutina ahora es otra. Y me gusta esa rutina.
La rutina de escribir en el blog, por lo que se darán cuenta, no me ha cansado tanto, tal vez no escribiré para que salgan los post después de la media noche, si no que por ahí saldrán a esta hora (mas del medio día de este martes 16, mientras espero que mi Retoñor vuelva del colegio), o más temprano, o no salgan.
Pero como el sol, la Ivy siempre está…
Keep moving, ¡manteniéndose en movimiento!
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