Hay una mujer que tiene algo de Dios por la inmensidad de su amor y mucho de ángel por la incansable solicitud de sus cuidados.
Una mujer que siendo joven, tiene la reflexión de una anciana; y en la vejez, trabaja con el ardor de la juventud.
Una mujer que si es ignorante, descubre los secretos de la vida con más acierto que un sabio; y si es instruida, se acomoda a la candorosa simplicidad de los niños.
Una mujer que siendo pobre, se satisface con la felicidad de los que ama; y siendo rica, daría con gusto todo su tesoro por no sufrir en su corazón la herida de la ingratitud.
Una mujer que siendo vigorosa, se estremece con el vagido de un niño; y siendo débil, se reviste con la bravura de un león.
Una mujer que mientras vive, no la sabemos estimar porque a su lado todos los dolores se olvidan; pero después de muerta, daríamos todo lo que somos y todo lo que tenemos para mirarla sólo un instante, por recibir de ella un solo abrazo, por escuchar un solo acento de sus labios.
De esta mujer no me exijas el nombre, si no queréis que empañe con lágrimas esta página... porque ya la vi pasar por mi camino.
Cuando crezcan tus hijos, leéles esta página y ellos cubrirán de besos tu frente, y les dirás que un humilde viajero, en pago del suntuoso hospedaje recibido, ha dejado aquí para ti y para ellos, un boceto del retrato de una madre.
Monseñor Ramón Ángel Jara
Y antes que me olvide...
¡¡¡FELIZ CUMPLE KIRI !!!
¡¡¡Te quiero
haaarrmmoosssaaaa!!!
Vos sabés que de este lado del
Atlántico, tenés alguien que
te adora!!!
¡¡¡Pasala bien y guarda con los
festejos!!! Aaaaajaja!
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